Las Terapeutas de 2T Psicología han colaborado en el proyecto educativo de Keysi Kids, para que los monitores de las clases de artes marciales para niños puedan aportar un complemento educativo siendo este el principal objetivo de la defensa personal.
http://keysikids.sppt.org/
https://www.facebook.com/profile.php?id=100001679695882&fref=ts
Buscar este blog
jueves, 15 de octubre de 2015
Keysi Kids, un proyecto educativo de artes marciales asesorado por las profesionales de 2T Psicología.
Etiquetas:
apoyo psicológico,
artes marciales,
asertividad,
atención.,
autoestiva,
defensa personal,
habilidades sociales,
keysi galicia,
keysi kids,
proyecto educativo
lunes, 22 de junio de 2015
Claves sencillas que mejoran la relación entre padres e hijos adolescentes
A continuación exponemos un artículo publicado en ABC, el día 17 de junio de 2015, que nos parece revelador para todos aquellos padres y madres que tienen hijos e hijas que están iniciando la adolescencia o que ya están en ella.
Se trata de una serie de pautas que si las seguimos mejorarán la calidad de vida familiar, en todo caso, si tratas de ponerlas en práctica y no consigues cambios, será necesario consultar un profesional de la psicología especializado en Terapia Familiar.
La comunicación y entender su posición es crucial para resolver este tipo de conflictos
Durante la adolescencia, la relación entre los padres y los hijos puede verse gravemente afectada. Los padres pueden quejarse de que los hijos no los escuchan o de que se aíslan y no se comunican, y los adolescentes de que sus progenitores no les entienden. Se entra entonces en un bucle de discusiones y, en ocasiones, se abre una profunda brecha difícil de cerrar. «La adolescencia es la etapa de transición entre la niñez y la etapa adulta, y donde se va a producir un importante cambio clave y crítico en la formación de su identidad, a partir de la experiencia vivida en la etapa anterior. Es la época en la que ponen en cuestión lo establecido, lo que puede suponer un enfrentamiento a las normas familiares impuestas. Los padres se encuentran ante un conflicto: comprenden el deseo de autonomía por parte del adolescente pero su percepción es que todavía no están preparados para esa independencia. Si se utiliza un control excesivo, surgirá la rebeldía y el conflicto», explica Ana Herrero, psicóloga del Colegio Brains.
El adolescente se encuentra en una época de cambios tanto físicos como psicológicos y los padres deben ayudarles durante el proceso mediante diferentes pautas saludables, conciliadoras y tolerantes. «Al inicio de esta etapa se produce un aumento del número de discusiones entre el adolescente y su familia. Los motivos suelen ser varios, desde la forma de vestir o los amigos hasta las tareas del hogar. La comunicación y entender su posición es crucial para resolver estos conflictos y, sobre todo, evitar el enfrentamiento directo, posponiendo algunas discusiones utilizando la negociación», comenta esta psicóloga.
Estas son las claves que ofrecen desde este centro escolar para mejorar la relación entre padres e hijos adolescentes:
—No tomar todos sus actos como algo personal: muchos padres creen que todo lo que hacen sus hijos es un acto de rebeldía y que lo hacen simplemente por desobedecer y fastidiar. Los chicos no tienen ese objetivo, pero están viviendo una etapa en la que sienten la necesidad de diferenciarse de la posición de sus padres, lo que les lleva a desafiar a la autoridad. Los padres deben intentar ver estas reacciones bajo un clima de tolerancia, sin tomárselo como algo personal.
—No es tanto lo que se dice, sino cómo se dice: los padres deben aprender a que sus hijos ya no son niños a los que se debe educar mediante «órdenes». Tampoco es un adulto, pero es conveniente que poco a poco se vayan gestionando los asuntos como si lo fuera, así siente que ya no es visto como un niño y le ayudará en su proceso de maduración. La palabra «no» debe sustituirse por otras alternativas como «preferiría»o «estaría bien».
—Eres su padre o su madre, no su amigo: llegada esta etapa muchos padres creen que convirtiéndose en el mejor amigo o amiga de su hijo se solucionarán todos los problemas; los padres que optan por este camino se equivocan. Los adolescentes necesitan normas y disciplina y esto un amigo no lo puede imponer. La adolescencia es una etapa llena de cambios en la que los hijos necesitan ser acompañados, recibiendo pautas de los padres para poder enfrentarse a esos cambios con autonomía. Los padres son una figura clave que debe establecer límites y comprender sus nuevas inquietudes.
—La importancia de la comunicación: Aprender a escuchar es esencial para que el adolescente sienta empatía por sus padres. El primer paso es identificar los sentimientos que están transmitiendo (“Veo que estás preocupado/enfadado/molesto… por…”). Y si los padres no se sienten capaces de terminar la conversación de una manera tranquila es mejor posponerla para evitar una discusión. Además, los gritos no se pueden consentir por parte de ninguno de los dos, ya que en cuanto se alza la voz la comunicación se pierde. No se pueden consentir los insultos ni las faltas de respeto. Para establecer una buena comunicación es muy importante que los padres escuchen sin interrumpir y no se precipiten en dar su opinión ni en juzgar. Es mejor utilizar, frente a las críticas, mensajes – yo : «Cuando… (describir las circunstancias) yo me siento… (describir la emoción o sentimiento) porque… (describir las consecuencias)».
Etiquetas:
adolescencia,
comunicación.,
familia,
madres y padres,
padres y madres,
profesional de la psicología,
pubertad,
terapia familiar
Ubicación:
Pontevedra, Pontevedra, España
lunes, 25 de mayo de 2015
Mejorar los hábitos desde el Mindful Eating
por Mireia Hurtado Jimenez
Más: http://www.saludterapia.com/articulos/generales/a/2207-mejorar-habitos-desde-mindful-eating.html#ixzz3auaA4eyd
Alimentación Consciente o Mindful Eating, se puede definir como poner Atención Plena en el acto de comer, a la hora de escoger, cocinar y comer los alimentos. Pero también es poner atención en cómo los comemos, qué emociones nos despiertan y qué necesidades subyacen detrás ciertas conductas a la hora de comer. Así, la atención plena nos permitirá hacer elecciones más conscientes e intuitivas, que nos llevarán a mejorar el cuidado del cuerpo y la mente.
Comer con atención plena nos hace más resilentes (capacidad de sobreponernos a períodos de dolor emocional y situaciones adversas) y proactivos en nuestro autocuidado, porque aprendemos a dar un espacio a las conductas y hábitos que nos pueden perjudicar y desde la flexibilidad y la responsabilidad intentar mejorarlas.
La aceptación
Uno de los principios que empezamos a aplicar con la Alimentación Consciente es la aceptación, aceptación de que probablemente tengamos un problema, y la aceptación es el primer paso para el cambio y la superación. Aceptamos que estamos estresados, que nos sentimos cansados, que no comemos bien, que nos sentimos bajos de energía, que las analíticas no son correctas, que tenemos malas digestiones, etc..
Encontrar las causas
Después pasamos a tratar de identificar las causas de ese sufrimiento o malestar, detectar los hábitos que nos están perjudicando: comer demasiado azúcar, no dormir bien, tomar demasiado café, no dedicar tiempo a preparar buenas comidas, no organizar bien la compra, comer poca fruta y verduras, comer demasiadas comidas precocinadas, no practicar ejercicio, ver demasiada televisión, comer de forma mecánica, etc.
Al invertir energía en comprender las bases del problema, dejamos de huir de él, deja de haber resistencia.
Creer que se puede cambiar
En tercer lugar, pasamos a ser conscientes de que podemos poner fin a ese sufrimiento y que la mejora es posible. Esta es la parte más importante, creer desde el autoconocimiento realista que podemos lograr mejorar nuestros hábitos, que está en nuestras manos el poder de actuar de forma diferente. La confianza de que podemos cambiar nuestros patrones de conducta.
Según el psicólogo Albert Bandura, "la autoeficacia percibida" es esencial en cualquier cambio de conducta, la creencia de que está en nuestras manos poder cambiar el hábito que nos está perjudicando frente a otras creencias que nos hacen permanecer inmóviles. Creer que tenemos en nuestras manos el poder una vida más saludable porque podemos incorporar hábitos más saludable en nuestro día a día.
La alimentación consciente y sus ventajas
Al practicar Alimentación Consciente empezamos a escuchar sin juicio esas creencias que nos llevan al estatismo y a no hacer nada para intentar cambiar las cosas: son los horarios, el tiempo, la genética, soy muy nervioso, es que ya lo intentado muchas otras veces, etc.
Con Alimentación Consciente y Mindfulness pasamos a escuchar todas estas voces internas que nos limitan, de forma compasiva, sin juicio y con mente de principiante. De esta manera, estaremos mejor capacitados para rectificar la siguiente vez que creamos hemos actuado de forma poco saludable.
Practicar Alimentación Consciente y Mindfulness sobre todo nos proporciona flexibilidad, y la flexibilidad es la base del autocuidado: lo he hecho mal, pero mañana lo intentaré hacer mejor. Es muy difícil cambiar un hábito cuando lo hacemos desde el todo o el nada.
Pasamos a ser conscientes de que tenemos el poder de decidir, que si un día hemos fallado, y hemos comido, bebido o fumado más de la cuenta, a la mañana seguiremos nuestro camino de autocuidado, ya que lo hacemos desde la flexibilidad, la responsabilidad y la compasión y no desde el castigo o la obligación. "Hoy lo he hecho mal pero mañana lo haré mejor". Es la gran diferencia.
Pero además de ser conscientes de que está en nuestras manos poner fin a ese sufrimiento, también tratamos de observar qué necesidades subyacentes hay detrás de esa conducta, necesidades de amor, de cariño, de ser vistos, de ser oídos. Esas necesidades muchas veces nos pueden impulsar a comer más de la cuenta como estrategia para calmar ese hambre emocional. Al poner consciencia a eso, y tratar desde la compasión y amor hacia un o mismo de satisfacer nuestras propias necesidades, estaremos mejor preparados para hacer elecciones saludables.
Y en último lugar, pasamos a la acción y creamos nuestro propio camino de autocuidado, desde la intuición y el compromiso con uno mismo. La Alimentación Consciente y Mindfuless nos impulsan a la acción desde la motivación interna (porque me quiero, me cuido) y no externa (me lo ha dicho el médico, la dietista, tengo una boda, se acerca el verano). Contactamos con nuestras necesidades reales y entonces la motivación interna, la responsabilidad y la flexibilidad pasan a guiar nuestra conducta.
En definitiva, al incorporar la Alimentación Conscientes y Mindfulness en nuestro día a día aprendemos a escuchar qué es lo que necesitamos en cada momento, tanto a nivel nutricional como emocional y decidimos conscientemente cómo satisfacer esa necesidades.
Más: http://www.saludterapia.com/articulos/generales/a/2207-mejorar-habitos-desde-mindful-eating.html#ixzz3auZhVbHN
Etiquetas:
aceptación,
alimentación,
cambiar,
causas,
comer,
consciente,
hábitos,
mindfulness
Ubicación:
Pontevedra, Pontevedra, España
martes, 19 de mayo de 2015
Guía para padres sobre los menores y las tecnologías de la información
Infocop | 19/05/2015 6:23:00 http://www.infocop.es/view_article.asp?id=5619&cat=50 ![]()
La guía comprende diferentes capítulos que tratan sobre las redes sociales (qué son, qué las hace tan populares, cuál es su potencial adictivo…), los videojuegos, el concepto de uso, abuso y adicción, los menores víctimas de las nuevas tecnologías, las apuestas online, la prevención y las estrategias de regulación parental. Asimismo, la guía incluye un capítulo en el que se explica en qué consiste un programa de evaluación y tratamiento psicológico para menores con adicción a las nuevas tecnologías, basado en la aceptación del trastorno y motivación al cambio, el control inicial de estímulos, el entrenamiento, la reestructuración cognitiva, la desensibilización imaginada y la exposición con prevención de respuesta y control de estímulos.
De una manera amena y didáctica, la guía está dirigida especialmente a los padres, - aunque también puede resultar de interés para educadores y otros profesionales que trabajen con menores con problemas de adicción a las tecnologías -, con la finalidad de dar a conocer las herramientas disponibles desde las redes sociales (facebook, twitter, etc.) y otros recursos, así como describir los posibles riesgos asociados a su uso y maneras de prevenirlos y de establecer una adecuada regulación parental.
Más información en:
| ||||
domingo, 17 de mayo de 2015
Estrés y alimentación ¿Cómo se relacionan?
Compartido por
Valora este artículo
Resumen: La mayor parte del estrés que manejamos nos lleva a adoptar hábitos no saludables, entre ellos el comer por causas emocionales.
3.5
De utilidad
Opinión del lector: 3.8 (2 votes)
¿Alguna vez has notado como tu patrón de ingesta alimenticia ha sufrido variaciones en épocas de estrés y ansiedad? ¿En alguna de estas épocashas tenido el impulso de comer compulsivamente, o por el contrario, de comer menos e incluso nada?
Probablemente hayas notado estos cambios en función de tu estado interior. Y es más normal de lo que parece; el impulso de comer tiene mucha relación con determinados estados internos, aunque no en todas las personas se produce de la misma manera.
En periodos de estrés y ansiedad nos sentimos muy agitados emocionalmente. Esta agitación se traduce en unos síntomas que nos permiten ver, desde fuera, que existeun cierto nivel de estrés y ansiedad no adaptativo.
Los síntomas pueden ser muchos y de muchos tipos; pero sin duda, uno de ellos es nuestra relación con la comida. Generalmente suele cambiar, lo que a su vez puede traer cambios, también, en nuestra salud física y nuestra figura.
Observamos que el estrés produce cambios en nuestro patrón de ingesta porque, en los momentos en que lo estamos sufriendo, variamos nuestra manera de comer. Generalmente, el estrés puede producir dos respuestas relacionadas con la comida:
1) Puede aumentar la ingesta de alimentos:
No solo nos puede hacer comer más, sino hacerlo de manera compulsiva, muchas veces sin existir sensación de hambre. El estrés puede ignorar la sensación de saciedad, por lo que comemos mucho más de lo que nuestro organismo necesita. Además, los alimentos que se ingieren en épocas de estrés suelen ser hipercalóricos.
2) Puede disminuir la ingesta de alimentos:
Parece que el estrés sea capaz de “cerrar el estómago” y, aunque podamos sentir sensación de hambre, pensar en ingerir cualquier alimento nos puede crear tal sensación de náuseas que nos puede quitar, aún más, las ganas de comer.
Es frecuente que cada persona experimente en mayor medida una de estas dos respuestas, aunque existe la posibilidad de experimentar las dos en diferentes épocas de estrés.
Estas dos respuestas son especialmente negativas en personas que están realizando dietas para controlar su peso. Esta puede ser la razón por la que existen personas que no son capaces de llevar a cabo una dieta para mejorar su salud.
En este sentido, la psicología actúa también en el campo de la nutrición, cada vez con más fuerza, para ocuparse de aquellos aspectos que tienen que ver con nuestro estado interno y que pueden repercutir directamente en nuestro patrón de ingesta.
¿Qué hacer para conseguir que el estrés no afecte a nuestro patrón de alimentación?
1- Ser conscientes de las situaciones que nos impulsan a comer compulsivamente, o, por el contrario, no comer. Nos será útil rellenar una hoja de registro en la que podamos apuntar la razón del impulso (pensamientos previos), la hora a la que se ha dado, cuantas piezas de alimento hemos consumido y cuál ha sido el alimento elegido.
De esta manera podremos tener un registro completo que nos permita sacar una serie de conclusiones: ¿los impulsos se suelen dar por la mañana, por la tarde o por la noche? ¿Qué tipos de pensamientos suelen llevar a ellos? ¿Qué tipo de alimentos suelo comer?
2- Una vez tengamos localizadas las razones (o pensamientos) que nos llevan al impulso de ingesta, deberemos trabajar para cambiar la respuesta a estos pensamientos. Para ello, desviaremos la impulsividad hacia otras actividades con repercusiones menos negativas. Podemos, por ejemplo, dar un paseo, salir a hacer deporte, llamar a un amigo…
3- Aprovechando el registro que hemos hecho anteriormente, y que nos ha permitido saber qué tipo de alimentos solemos consumir en estos momentos, deberemos evitar tenerlos disponibles (sobre todo si son hipercalóricos). De esta manera calmaremos el impulso de la comida y lo desviaremos hacia otras actividades menos dañinas.
También podemos optar por tener alimentos sanos, como fruta, para poder recurrir a ellos en esos difíciles momentos.
4- Si aún con todo nos cuesta cambiar este patrón de impulsividad, o el periodo de estrés se alarga en el tiempo sin remitir, la solución más recomendada es visitar a un psicólogo que nos ayude a canalizar este periodo.
Como hemos visto, el estrés y la ansiedad tienen mucha relación con nuestro patrón de alimentación. Esto podría explicar fracasos al realizar dietas y estancamientos en periodos de pérdida de peso.
Nuestras emociones pueden, también, tener presencia en nuestra salud y nuestra figura; es por ello que saber controlar las respuestas a estas emociones es fundamental para tener un organismo saludable.
Imagen cortesía de Richi vía Pixabay.com
Etiquetas:
alimentación,
comida,
compulsivamente.,
descontrol,
estrés,
saciedad
Ubicación:
Pontevedra, Pontevedra, España
viernes, 15 de mayo de 2015
Resiliencia: Los 12 hábitos de las personas resilientes
La resiliencia es una palabra que en los últimos años se ha puesto de moda, pero más allá de las modas, es fundamental potenciar esta característica en todas las personas, especialmente en los niños, ya que de ello, va a depender su capacidad de enfrentarse a las situaciones críticas de que la vida le reserve. Por este motivo a continuación tomado prestado el artículo de Reinalo Antonio Gómez, ya que considero que hace una buena definición de este concepto.
Resiliencia: Los 12 hábitos de las personas resilientes
A veces la vida nos pone a prueba, nos plantea situaciones que superan nuestras capacidades: una enfermedad, una ruptura de pareja particularmente dolorosa, la muerte de un ser querido, el fracaso de un sueño largamente anhelado, problemas económicos… Existen diferentes circunstancias que nos pueden llevar al límite y hacer que nos cuestionemos si tenemos la fuerza y la voluntad necesarias para continuar adelante. En este punto tenemos dos opciones: dejarnos vencer y sentir que hemos fracasado o sobreponernos y salir fortalecidos, apostar por la resiliencia.
Resiliencia: definición y significado
La resiliencia es una capacidad que nos permite afrontar las crisis o situaciones potencialmente traumáticas y salir fortalecidos de ellas. La resiliencia implica reestructurar nuestros recursos psicológicos en función de las nuevas circunstancias y de nuestras necesidades. De esta manera, las personas resilientes no solo son capaces de sobreponerse a las adversidades que les ha tocado vivir, sino que van un paso más allá y utilizan esas situaciones para crecer y desarrollar al máximo su potencial.
Para las personas resilientes no existe una vida dura, sino momentos difíciles. Y no se trata de una simple disquisición terminológica, sino de una manera diferente y más optimista de ver el mundo ya que son conscientes de que después de la tormenta llega la calma. De hecho, estas personas a menudo sorprenden por su buen humor y nos hacen preguntarnos cómo es posible que, después de todo lo que han pasado, puedan afrontar la vida con una sonrisa en los labios.
La práctica de la resiliencia: ¿Cómo podemos ser más resilientes?
La resiliencia no es una cualidad innata, no está impresa en nuestros genes, aunque sí puede haber una tendencia genética que puede predisponer a tener un “buen carácter”. La resiliencia es algo que todos podemos desarrollar a lo largo de la vida. Hay personas que son resilientes porque han tenido en sus padres o en alguien cercano un modelo de resiliencia a seguir, mientras que otras han encontrado el camino por sí solas. Esto nos indica que todos podemos ser resilientes, siempre y cuando cambiemos algunos de nuestros hábitos y creencias.
De hecho, las personas resilientes no nacen, se hacen, lo cual significa que han tenido que luchar contra situaciones adversas o que han probado varias veces el sabor del fracaso y no se han dado por vencidas. Al encontrarse al borde del abismo, han dado lo mejor de sí y han desarrollado las habilidades necesarias para enfrentar los diferentes retos de la vida.
¿Qué caracteriza a una persona resiliente?
Las personas que practican la resiliencia:
- Son conscientes de sus potencialidades y limitaciones. El autoconocimiento es un arma muy poderosa para enfrentar las adversidades y los retos, y las personas resilientes saben usarla a su favor. Estas personas saben cuáles son sus principales fortalezas y habilidades, así como sus limitaciones y defectos. De esta manera pueden trazarse metas más objetivas que no solo tienen en cuenta sus necesidades y sueños, sino también los recursos de los que disponen para conseguirlas.
- Son creativas. La persona con una alta capacidad de resiliencia no se limita a intentar pegar el jarrón roto, es consciente de que ya nunca a volverá a ser el mismo. El resiliente hará un mosaico con los trozos rotos, y transformará su experiencia dolorosa en algo bello o útil. De lo vil, saca lo precioso.
- Confían en sus capacidades. Al ser conscientes de sus potencialidades y limitaciones, las personas resilientes confían en lo que son capaces de hacer. Si algo les caracteriza es que no pierden de vista sus objetivos y se sienten seguras de lo que pueden lograr. No obstante, también reconocen la importancia del trabajo en equipo y no se encierran en sí mismas, sino que saben cuándo es necesario pedir ayuda.
- Asumen las dificultades como una oportunidad para aprender. A lo largo de la vida enfrentamos muchas situaciones dolorosas que nos desmotivan, pero las personas resilientes son capaces de ver más allá de esos momentos y no desfallecen. Estas personas asumen las crisis como una oportunidad para generar un cambio, para aprender y crecer. Saben que esos momentos no serán eternos y que su futuro dependerá de la manera en que reaccionen. Cuando se enfrentan a una adversidad se preguntan: ¿qué puedo aprender yo de esto?
- Practican el mindfulness o conciencia plena. Aún sin ser conscientes de esta práctica milenaria, las personas resilientes tienen el hábito de estar plenamente presentes, de vivir en el aquí y ahora y de tienen una gran capacidad de aceptación. Para estas personas el pasado forma parte del ayer y no es una fuente de culpabilidad y zozobra mientras que el futuro no les aturde con su cuota de incertidumbre y preocupaciones. Son capaces de aceptar las experiencias tal y como se presentan e intentan sacarles el mayor provecho. Disfrutan de los pequeños detalles y no han perdido su capacidad para asombrarse ante la vida.
- Ven la vida con objetividad, pero siempre a través de un prisma optimista. Las personas resilientes son muy objetivas, saben cuáles son sus potencialidades, los recursos que tienen a su alcance y sus metas, pero eso no implica que no sean optimistas. Al ser conscientes de que nada es completamente positivo ni negativo, se esfuerzan por centrarse en los aspectos positivos y disfrutan de los retos. Estas personas desarrollan un optimismo realista, también llamado optimalismo, y están convencidas de que por muy oscura que se presente su jornada, el día siguiente puede ser mejor.
- Se rodean de personas que tienen una actitud positiva. Las personas que practican la resiliencia saben cultivar sus amistades, por lo que generalmente se rodean de personas que mantienen una actitud positiva ante la vida y evitan a aquellos que se comportan como vampiros emocionales. De esta forma, logran crear una sólida red de apoyo que les puede sostener en los momentos más difíciles.
- No intentan controlar las situaciones. Una de las principales fuentes de tensiones y estrés es el deseo de querer controlar todos los aspectos de nuestra vida. Por eso, cuando algo se nos escapa de entre las manos, nos sentimos culpables e inseguros. Sin embargo, las personas resilientes saben que es imposible controlar todas las situaciones, han aprendido a lidiar con la incertidumbre y se sienten cómodos aunque no tengan el control.
- Son flexibles ante los cambios. A pesar de que las personas resilientes tienen una autoimagen muy clara y saben perfectamente qué quieren lograr, también tienen la suficiente flexibilidad como para adaptar sus planes y cambiar sus metas cuando es necesario. Estas personas no se cierran al cambio y siempre están dispuestas a valorar diferentes alternativas, sin aferrarse obsesivamente a sus planes iniciales o a una única solución.
- Son tenaces en sus propósitos. El hecho de que las personas resilientes sean flexibles no implica que renuncien a sus metas, al contrario, si algo las distingue es su perseverancia y su capacidad de lucha. La diferencia estriba en que no luchan contra molinos de viento, sino que aprovechan el sentido de la corriente y fluyen con ella. Estas personas tienen una motivación intrínseca que les ayuda a mantenerse firmes y luchar por lo que se proponen.
- Enfrentan la adversidad con humor. Una de las características esenciales de las personas resilientes es su sentido del humor, son capaces de reírse de la adversidad y sacar una broma de sus desdichas. La risa es su mejor aliada porque les ayuda a mantenerse optimistas y, sobre todo, les permite enfocarse en los aspectos positivos de las situaciones.
- Buscan la ayuda de los demás y el apoyo social. Cuando las personas resilientes pasan por un suceso potencialmente traumático su primer objetivo es superarlo, para ello, son conscientes de la importancia del apoyo social y no dudan en buscar ayuda profesional cuando lo necesitan.
La resiliencia en los niños
Si queremos que nuestros hijos afronten las dificultades de la vida con fortaleza es importanteeducarles en la capacidad de ser resilientes, para ello es fundamental nuestro ejemplo, no sobreprotegerles y sobre todo creer en ellos. No se trata de evitar que se caigan, sino de enseñarles a levantarse, y para ello tenemos que confiar en que ellos pueden. Por supuesto, tampoco se trata de exponerles a peligros o ambientes agresivos “para que se hagan más fuertes”, afortunadamente no estamos en Esparta. Aportar seguridad y protección es necesario. Algo importante que podemos preguntarles a los niños cuando tienen un contratiempo si queremos que aprendan a desarrollar la resiliencia es ¿qué puedes aprender de esto? o ¿qué puedes sacar bueno de esto que ha ocurrido?
jueves, 14 de mayo de 2015
TERAPIA DE PAREJA: Artículo publicado en Faro de Vigo
Mª Luz Losada Somoza, una de las Terapeutas de 2T Psicología, ha sido entrevistada por una periodista del Faro de Vigo, para hablar de Terapia de Pareja...
http://www.farodevigo.es/sociedad-cultura/2015/05/11/relaciones-pareja-divan/1237495.html
lunes, 4 de mayo de 2015
Leer cuentos a los niños moldea su cerebro y les predispone a la lectura
Leer cuentos a los niños pequeños modifica su actividad cerebral y les predispone a la lectura, al tiempo que refuerza las habilidades de lectura temprana, según concluye una investigación que se presenta este sábado en la Reunión Anual de las Sociedades Académicas de Pediatría (PAS, por sus siglas en inglés), que se celebra en San Diego, Estados Unidos.
"Estamos muy contentos de mostrar, por primera vez, que la exposición a la lectura durante la etapa crítica de desarrollo previa a la guardería parece tener un impacto significativo y medible sobre cómo el cerebro de un niño procesa historias y puede ayudar a predecir el éxito en la lectura", afirma el autor del estudio, John Hutton, del 'National Research Service', 'Division of General and Community Pediatrics, Reading and Literacy Discovery Center' y 'Cincinnati Children's Hospital Medical Center', en Estados Unidos.
"De particular importancia son las áreas del cerebro que resaldan las imágenes mentales, ayudando al niño a ver la historia" más allá de las imágenes, afirmando el papel inestimable de la imaginación", añade este experto. Las organizaciones profesionales como la Academia Americana de Pediatría y grupos de defensa han animado a los padres a leer a sus hijos desde el nacimiento para fomentar el aprendizaje temprano y crear conexiones en el cerebro que promueven el desarrollo del lenguaje, pero anteriormente no había evidencia directa de los efectos sobre el cerebro.
Para demostrar si la lectura en los niños en edad preescolar afecta a las redes cerebrales que apoyan las habilidades de lectura, Hutton y sus colegas estudiaron a 19 preescolares sanos de edades entre 3 y 5 años, el 37 por ciento de los cuales eran de familias de bajos ingresos. El cuidador principal de cada niño completó un cuestionario diseñado para medir la estimulación cognitiva en el hogar. El cuestionario analizó tres áreas: la lectura de padres a hijos, incluyendo el acceso a los libros, la frecuencia de la lectura y la variedad de libros leídos; la interacción entre padres e hijos, incluyendo hablar y jugar; y si los padres les enseñan habilidades específicas como contar y formas.
Los niños se sometieron a imágenes por resonancia magnética funcional(fMRI), una prueba que mide la actividad cerebral, mientras escuchaban historias apropiadas para su edad a través de auriculares. Los niños estaban despiertos y no sedado durante la fMRI y no había ningún estímulo visual. Los investigadores estaban interesados en si habría diferencias en la activación cerebral que sustenta la comprensión de las historias en las zonas que se sabe están involucrados con el lenguaje.
Los resultados mostraron que una mayor exposición a la lectura en el hogar está fuertemente asociada con la activación de áreas cerebrales específicas que apoyan el procesamiento semántico (la extracción de significado del lenguaje), áreas que son críticas para el lenguaje oral y después, la lectura. Las áreas del cerebro que apoyan la imaginación mental mostraron una activación particularmente fuerte, lo que sugiere que la visualización juega un papel clave en la comprensión de la narrativa y la preparación para la lectura, permitiendo a los niños "ver" la historia.
"Esto se vuelve cada vez más importante a medida que los niños pasan de libros con dibujos a libros sin ellos, en los que deben imaginar qué está pasando en el texto", afirma Hutton. Las asociaciones entre la exposición a la lectura en el hogar y la actividad cerebral se mantuvo fuerte después de controlar el ingreso de los hogares. "Esperamos que este trabajo guíe la investigación sobre la lectura compartida y el desarrollo del cerebro para ayudar a mejorar las intervenciones e identificar a los niños en riesgo de dificultades lo antes posible, elevando las posibilidades de que tengan éxito en el maravilloso mundo de los libros", concluye Hutton
Fuente: lainformación.com
viernes, 1 de mayo de 2015
20 Claves para una buena comunicación en la pareja
20 Claves para una buena comunicación en la pareja
Fuente: Twin Shoes
En la gran mayoría de los artículos con la temática de parejas estables y felices que hemos publicado en este blog del amor, hablamos de la importancia de la comunicación en la pareja para tener relaciones sentimentales duraderas y de calidad. Hoy vamos a darte algunosconsejos para mantener una comunicación efectiva con tu pareja.
20 claves para una buena comunicación de pareja:
- Tomate el tiempo necesario para hablar con tu pareja: debéis tener como rutina conversar todos los días ya sea dando un paseo, mientras hacéis alguna de las comidas, etc. Buscar ese espacio para vosotros dos sin distracciones.
- Cuando quieras saber algo haz preguntas en lugar de acusaciones: si crees que quiere decirte algo pero que no sabe cómo hacerlo, ayúdale tú haciéndole las preguntas correctas.
- Exprésale lo mucho que aprecias sus cualidades: enfócate en lo positivo.
- Expresa tus ideas de forma adecuada: sin imponer criterio ni calificar.
- Acepta las muestras de cariño y admiración de tu pareja hacia ti.
- Evita las generalizaciones como: siempre o nunca.
- Si te ha molestado algo, piensa que ha sido exactamente y comunícaselo a tu pareja de forma serena y clara.
- Ten en cuenta que cada persona es diferente y puede tener una concepción diferente sobre el mismo suceso: intenta ser empático/a y ponerte en su lugar.
- Ten la capacidad de decir “no”: recuerda que por hacerlo no estás rechazando a la persona, sólo a la petición. Es igual de importante saber decir “no” como “sí”.
- Utiliza la asertividad: comunica lo que quieres decir a la otra persona con respeto hacia ti y hacia ella.
- Escucha activamente: mientras tu pareja te habla mantén el contacto visual, asiente con la cabeza…
- No supongas: pídele lo que quieres, tu pareja no es adivina así que o se lo dices o no lo sabrá.
- Expresa tus pensamientos y sentimientos con gestos y palabras positivas de forma tranquila y apropiada.
- Respeta su opinión aunque no la compartas y no la tomes como algo personal.
- Explica claramente lo que piensas y/o como te sientes: la mejor manera para que te entiendan es diciendo lo que te está pasando por la cabeza.
- Interésate por lo que dice y demuéstrale que es así haciéndole preguntas, resumiendo lo que te ha dicho, etc.
- Averigua cómo se siente, qué le gustaría hacer, cuáles son sus sueños…
- Sé humilde: si te has equivocado o cometido algún error admítelo.
- Buscar soluciones en común y que sean buenas para ambas partes. La negociación es clave en las relaciones.
- No te guardes las cosas.
Nos despedimos con esta frase de Giovanni Papini con la que estamos completamente de acuerdo “El amor es como el fuego si no se comunica se apaga” y con este vídeo de Ser Feliz en Pareja que muestra un ejercicio prácticollamado “los 10 minutos” que nos ayuda a mejorar la comunicación de pareja.
Fuente: Twin Shoes
Suscribirse a:
Entradas (Atom)