El pasado domingo 19 de marzo publicaron en el
Faro de Vigo una entrevista a nuestra compañera Mª Luz Losada Somoza. En dicha
entrevista la periodista Andrea Nogueira le pide que reflexione sobre si es
suficiente para entablar una buena relación con los hijos el
tiempo que según una encuesta revela que el 37% de los padres pasan menos de
dos horas al día con sus hijos y sobre si se puede aprovechar ese tiempo
para que sea de calidad.
Podéis leer la entrevista a continuación:
Hacia una paternidad de calidad
Podéis leer la entrevista a continuación:
Los padres dedican poco tiempo a los hijos; aprovechar bien esos momentos marcará la fuerza de vínculo de por vida
Aunque se ha avanzado en la colaboración entre progenitores para criar a los hijos, lo cierto es que los padres siguen pasando menos tiempo con los niños que las madres, y muchos no llegan a las dos horas al día. Sin distinción de sexo, convertir los momentos con los niños en tiempo de calidad es primordial para entablar un vínculo afectivo que sea duradero.
Francisco Todea nació en Vigo hace 85 años y resultó ser el tercer hermano de once. Solo ha tenido una hija, Mari Carmen, pero ella tuvo dos y ahora, además de un bisnieto, tiene en camino. Todea recuerda que cuando su hija era pequeña solo la veía por la noche, "porque estaba todo el día en las obras trabajando". Los recuerdos de ella, en cambio, son de comidas en las fiestas populares, viajes de fin de semana a ver a la abuela paterna y otras salidas de verano. "A pesar de que trabajaba y es verdad que mi madre y mi abuela me cuidaban más, tengo muy buenos recuerdos de mi infancia con él", se sincera Mari Carmen.
El concepto de paternidad ha evolucionado enormemente en los últimos 40 años, como ejemplifica Mari Carmen en que su marido ha participado mucho más en la crianza de sus hijos de lo que lo hizo su padre. Sin embargo, en la práctica parece que no ha cambiado tanto. La falta de facilidades para la conciliación y los todavía rígidos roles de géneros hacen que el 37% de los padres dediquen menos de dos horas al día a estar con los hijos, según una encuesta de la marca Kaiku, el mismo tiempo que dedicaba Todea. El 74% de las madres sobrepasan las cuatro horas.
El ya bisabuelo reconoce que le hubiese gustado pasar más tiempo con la familia, como el 41% de los padres de hoy en día. La psicóloga familiar Mª Luz Losada considera que dos horas al día es un tiempo muy escaso; sin embargo, subraya que "como no se trata de culpabilizar a los que por motivos laborales no pueden estar con su familia", lo que se debe hacer es aprovechar esos momentos. "No es que haya que estar mucho tiempo, sino estar y educar en ese tiempo, no solo jugar, sino ir enseñándoles las cosas del día a día", dice. Losada incide en que es "tremendamente importante que los niños se sientan queridos por sus padres y que se les tiene en cuenta".
Lo primero que destaca es que estar con la familia no se limita al presentismo. Invita a los progenitores a preguntarse hasta qué punto esas dos horas son reales: "Si nos dedicamos a estar presentes pero si nos llaman por teléfono lo atendemos, nos llegan mensajes de redes sociales, les hago caso y ese tiempo estoy presencialmente pero realmente no estoy, la impresión que va a tener el niño es de 'para el poco tiempo que está mi padre o madre conmigo ni me presta atención. Hay que mostrar interés".
Además de jugar, una actividad muy importante, también se pueden aprovechar las tareas rutinarias del día para convertirlas en momentos en los que el vínculo se fortalece. Ayudarles a hacer los deberes, desayunar, cenar, leer un cuento antes de ir a dormir son buenos momentos también para preguntarles cómo les ha ido el día, qué planes tienen, si han hecho sus tareas, o planear las actividades del fin de semana. Losada propone también aprovechar hábitos, "como el vestirse, para convertirlos en un juego y que a la vez ganen autonomía".
"Hay que mostrar interés por sus preocupaciones", aconseja la psicóloga, que añade que se deben desterrar expresiones como "ya me gustaría a mí tener tus problemas". Cuanto más fuerte sea la relación más fácil será que los hijos expongan sus problemas lo que también ayudará a atajarlos antes. "Aunque los adultos tenemos nuestras preocupaciones, para el niño ese problema es su mundo, es lo importante", destaca.
Los padres también deben contar a veces los conflictos que sufren a los niños. No se trata de desahogarse, ya que el consejo de la experta es "no hacerlos partícipes, porque ellos deben seguir siendo niños", pero sí aclarar la situación que pueden estar viviendo de manera indirecta. "Los niños no son tontos y lo perciben todo; ellos van a sacar sus propias conclusiones, que no siempre son las más adecuadas, por eso es mejor explicárselo y decirles que no pasa nada y que los seguimos queriendo".
Los valores y la conciliación
Todea admite que la carga de la crianza recayó sobre su mujer y las abuelas y coincide con su hija en que ahora eso ha cambiado porque los padres pasan más tiempo con los niños. Su jubilación también le ha permitido a él pasar más tiempo con la familia.
Mari Carmen explica que a pesar del poco tiempo que pasó con su padre ha intentado criar a sus hijos con los mismos valores que a ella le enseñaron. El 81% de los españoles comparte su experiencia. "Hemos seguido mucho la educación que nos dieron en casa -añade-, las cosas han cambiado para mejor porque, por ejemplo, ahora los dos padres colaboran más, pero nosotros también fuimos felices".
El concepto de paternidad ha evolucionado enormemente en los últimos 40 años, como ejemplifica Mari Carmen en que su marido ha participado mucho más en la crianza de sus hijos de lo que lo hizo su padre. Sin embargo, en la práctica parece que no ha cambiado tanto. La falta de facilidades para la conciliación y los todavía rígidos roles de géneros hacen que el 37% de los padres dediquen menos de dos horas al día a estar con los hijos, según una encuesta de la marca Kaiku, el mismo tiempo que dedicaba Todea. El 74% de las madres sobrepasan las cuatro horas.
El ya bisabuelo reconoce que le hubiese gustado pasar más tiempo con la familia, como el 41% de los padres de hoy en día. La psicóloga familiar Mª Luz Losada considera que dos horas al día es un tiempo muy escaso; sin embargo, subraya que "como no se trata de culpabilizar a los que por motivos laborales no pueden estar con su familia", lo que se debe hacer es aprovechar esos momentos. "No es que haya que estar mucho tiempo, sino estar y educar en ese tiempo, no solo jugar, sino ir enseñándoles las cosas del día a día", dice. Losada incide en que es "tremendamente importante que los niños se sientan queridos por sus padres y que se les tiene en cuenta".
Lo primero que destaca es que estar con la familia no se limita al presentismo. Invita a los progenitores a preguntarse hasta qué punto esas dos horas son reales: "Si nos dedicamos a estar presentes pero si nos llaman por teléfono lo atendemos, nos llegan mensajes de redes sociales, les hago caso y ese tiempo estoy presencialmente pero realmente no estoy, la impresión que va a tener el niño es de 'para el poco tiempo que está mi padre o madre conmigo ni me presta atención. Hay que mostrar interés".
Además de jugar, una actividad muy importante, también se pueden aprovechar las tareas rutinarias del día para convertirlas en momentos en los que el vínculo se fortalece. Ayudarles a hacer los deberes, desayunar, cenar, leer un cuento antes de ir a dormir son buenos momentos también para preguntarles cómo les ha ido el día, qué planes tienen, si han hecho sus tareas, o planear las actividades del fin de semana. Losada propone también aprovechar hábitos, "como el vestirse, para convertirlos en un juego y que a la vez ganen autonomía".
"Hay que mostrar interés por sus preocupaciones", aconseja la psicóloga, que añade que se deben desterrar expresiones como "ya me gustaría a mí tener tus problemas". Cuanto más fuerte sea la relación más fácil será que los hijos expongan sus problemas lo que también ayudará a atajarlos antes. "Aunque los adultos tenemos nuestras preocupaciones, para el niño ese problema es su mundo, es lo importante", destaca.
Los padres también deben contar a veces los conflictos que sufren a los niños. No se trata de desahogarse, ya que el consejo de la experta es "no hacerlos partícipes, porque ellos deben seguir siendo niños", pero sí aclarar la situación que pueden estar viviendo de manera indirecta. "Los niños no son tontos y lo perciben todo; ellos van a sacar sus propias conclusiones, que no siempre son las más adecuadas, por eso es mejor explicárselo y decirles que no pasa nada y que los seguimos queriendo".
Los valores y la conciliación
Todea admite que la carga de la crianza recayó sobre su mujer y las abuelas y coincide con su hija en que ahora eso ha cambiado porque los padres pasan más tiempo con los niños. Su jubilación también le ha permitido a él pasar más tiempo con la familia.
Mari Carmen explica que a pesar del poco tiempo que pasó con su padre ha intentado criar a sus hijos con los mismos valores que a ella le enseñaron. El 81% de los españoles comparte su experiencia. "Hemos seguido mucho la educación que nos dieron en casa -añade-, las cosas han cambiado para mejor porque, por ejemplo, ahora los dos padres colaboran más, pero nosotros también fuimos felices".
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