martes, 9 de mayo de 2017

Aprender a gestionar la incertidumbre

Nos ha encantado este artículo de la compañera, de Sant Boi de Llobregat - Barcelona, sobre como "Aprender a gestionar la incertudumbre". Está publicado en Mundopsicólogos, portal donde 2T Psicología también aparece.

http://www.mundopsicologos.com/articulos/aprender-a-gestionar-la-incertidumbre?utm_medium=push&utm_campaign=push_2017-05-09&utm_source=article_see_more

Esperamos que os guste


Aprender a gestionar la incertidumbre
Las dudas sobre lo que puede pasar en un futuro, es decir, si las decisiones que tomamos son acertadas o nos equivocaremos, pueden pasarnos factura. Aprende a gestionar tu incertidumbre.
En un mundo en el que cada vez nos gusta más tenerlo todo controlado y atado, una sociedad que a golpe de click puede saber cualquier cosa, todo lo que acontece en cualquier lugar del planeta, ya sea presente o pasado, nos cuesta gestionar y aceptar la incertidumbre, que se define como la falta de certeza o confianza sobre algo futuro, generando la sensación de inquietud e incluso miedo.
La incertidumbre nos provoca además una sensación de inseguridad y ésta trae consigo la desagradable ansiedad. Nos toca entonces enfrentarnos a situaciones que se escapan totalmente de nuestro control para reducir estas sensaciones tan desagradables.
Algunos ejemplos de situaciones que pueden provocar una incertidumbre angustiosa son: dudar sobre si la relación de pareja que tienes será la definitiva o si es el hombre o mujer de tu vida, posibles enfermedades que puedas contraer, si el puesto de trabajo que tienes se mantendrá siempre en buenas condiciones o empeorará, saber si debes o no cambiar de trabajo por otro que aparentemente es mejor, cómo gestionarás la enfermedad grave y/o muerte de un ser querido, si la profesión que has escogido es con la que te jubilarás... Algunas de estas situaciones son hipótesis que no se sabe si sucederán, mientras que otras son fruto de dudas que se pueden presentar sobre la situación presente y sobre los cambios que se tienen que poder hacer para mejorar la situación (temiendo que al escoger camino, puedas equivocarte y estar peor que como estabas antes del cambio).
A los pacientes que temen la incertidumbre les suelo dibujar en una hoja un camino. Les explico que se imaginen que están haciendo una excursión y van siguiendo el sendero, pero de repente éste se bifurca en dos y aparece la incertidumbre. ¿Cuál será el mejor camino a tomar? Entonces es cuando hacemos el balance de pros y contras de cada una de las opciones. Uno de los caminos parece más iluminado pero tiene una gran cuesta que impide ver más allá. El otro camino es más llano pero parece más sombrío y húmedo. ¿Qué decisión es la más acertada? Muchos pacientes son incapaces de tomar una decisión. Le dan vueltas una y otra vez a los pros y contras pero no consiguen escoger. Entonces les explico que pueden tomar el camino que aparentemente les vaya mejor. Si no están en forma quizás escogerán el camino sombrío pero llano. Ahora bien, antes de la bifurcación pueden escoger el camino por lo que ven hasta donde les alcanza la vista pero nunca sabrán cómo es ese camino en su totalidad hasta que lo hayan atravesado y llegado al destino. Pues eso es lo que pasa en la vida real, como no podemos saber a ciencia cierta lo que nos encontraremos porque forma parte del futuro o de una situación que aún no tenemos en nuestras manos, lo mejor es seguir caminando y sortear los obstáculos que nos va deparando el futuro pero si nos quedamos parados llegará la noche y sufriremos hipotermia.
¿Qué puedo hacer para tolerar la incertidumbre?
·        Preguntarte: ¿Puedo cambiar esta situación? Si el cambio depende de ti, valora tus opciones y escoge una de ellas pero si el cambio no depende de ti y simplemente hay que esperar a que llegue ese futuro, acepta que no puedes hacer otra cosa y espera a que el futuro se convierta en presente.
·        Aceptar que no podemos saberlo todo: Parece evidente, pero muchas veces jugamos a ser la pitonisa Lola. Queremos barajar todas las hipótesis y tememos el error. Hay que aceptar que el futuro no lo sabremos hasta que llegue y lo que sí podemos cambiar es nuestro presente. Así, hay que hacer balance de la situación y escoger en función a lo que creemos que nos va a hacer sentir mejor.
·        Intenta ser objetivo/a: Valora la situación como si la estuvieras viendo desde la televisión de tu casa, es decir como un espectador en lugar de protagonista. Los toros desde la barrera se ven mejor y se puede saber qué hacer y qué no. Valora además cómo te sentirás cuando seas mayor y eches la vista atrás, ¿esas dudas que tuviste tenían sentido?, ¿qué habrías hecho, te habrías preocupado tanto?, ¿qué preocupaciones son realmente importantes?
·        Hacer caso a la intuición: Normalmente no nos falla. Un gran porcentaje de nuestros procesos internos son inconscientes, en muchos aspectos actuamos por impulsos y solemos acertar por norma general. Deja de pensar tanto y trabaja desde el corazón. El cerebro va de listo y muchas veces es muy retorcido haciéndonos dudar.
·        Detecta y gestiona tus emociones: Trabaja tu ansiedad y miedos, detecta tus pensamientos y elabora tus emociones. Si sientes rabia, intenta elaborarla para no pagarla con quien no se lo merece. Si tienes ansiedad, realiza técnicas de relajación y detecta los pensamientos que pueden estar provocándola y una vez detectados, cuestiona su veracidad. Todo este trabajo nos llevará a la toma de decisiones y por tanto, dejaremos de sentir incertidumbre.
·        Entrena tu flexibilidad: El miedo a la incertidumbre aparece sobre todo cuando tememos el error. Aceptar la posibilidad de equivocarnos y dejar de ser tan exigentes con nosotros mismos es una vía para tolerar mejor la incertidumbre. Además, si confías en tus recursos y habilidades para enfrentarte a las diferentes situaciones, temerás menos el futuro porque pase lo que pase confiarás en poder encontrar buenas soluciones.
·        Constancia: Una vez tomes una decisión no recules a menos que se estrictamente necesario. Pon a prueba tu perseverancia y tu capacidad para conseguir nuevas metas. Esto te permitirá aprender y dotarte de más recursos y habilidades así como reponerte a las adversidades. Todo ello hará que te conviertas en una persona más segura de ti misma y el miedo a la incertidumbre se irá reduciendo poco a poco.
·        Valora tu presente: Está bien ponerse metas y tener la vista puesta en el futuro pero no podemos dejar de mirar nuestros pies y dónde estamos pisando en cada momento. Si sólo vemos el destino, puede que tropecemos con alguna piedra del camino. ¿Qué tienes ahora en tu vida? Valora lo positivo de tu vida y no sólo lo que quieres conseguir. Un poco de ambición está bien pero siempre en pequeñas dosis.

Encarni Muñoz Silva
Psicóloga sanitaria, colegiada nº 16918

No hay comentarios.:

Publicar un comentario